1 de cada 5 españoles sufre disfunción eréctil y la mayoría no están diagnosticados

El estigma social y la automedicación son algunas de las causas por las que los hombres no buscan atención especializada, advierte ICUA. La diabetes, la arterioesclerosis y el alcoholismo son algunos de los factores de riesgo de la DE

Uno de cada cinco españoles sufre disfunción eréctil (DE), pero el 75% de ellos no están diagnosticados, advierte una revisión de estudios del Instituto de Cirugía Urológica Avanzada (ICUA) con motivo del Día Mundial de la Salud Sexual que se celebra el 4 de septiembre. «Los problemas de erección afectan a un número importante de hombres entre los 25 y los 70 años, sin embargo, están infradiagnosticados y tratados por diferentes causas, Por ello, es necesario recordar la necesidad de acudir al especialista ante la presencia de síntomas», indica el doctor Luis Llanes, responsable del Área de Litiasis y Endourología en ICUA.

La prevalencia de la DE -incapacidad repetida para lograr o mantener una erección lo suficientemente firme para mantener una relación sexual- aumenta con la edad. Así, afecta al 8,6% en varones de 25 a 39 años, 13,7% de 40- 49 años, 24,5% entre 50 y 59 años y 49% en sujetos de 60 a 70 años, lo que significa que casi dos millones de varones españoles la sufren, según el estudio EDEM (Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina). Sin embargo, más de la mitad (55,9%) no se ha preocupado nunca de sus problemas de erección, sobre todo entre los 60-70 años, donde es más prevalente. De hecho, otro trabajo revela que solo alrededor del 23,4 % de esos casos están diagnosticados, lo cual equivale a aproximadamente 5 de cada 100 hombres con DE.

Un estudio reciente publicado en Healthcare asegura que si bien la mitad de los participantes (49,5%) reconoció la necesidad de buscar tratamiento; la mayoría (53,1%) no había acudido a clínicas especializadas, sobre todo debido al estigma social y a la preferencia por la automedicación. «La disfunción eréctil es una patología que produce un sentimiento de vergüenza y esa es una de las causas por las que se retrasan los diagnósticos», añade el doctor Llanes.

La DE se produce por causas multifactoriales, ya que en la erección normal se necesita la participación de cuatro factores fundamentales: un buen funcionamiento de los vasos sanguíneos, no alterado por el tabaquismo, la arteriosclerosis u otros problemas cardiovasculares; una inervación peneana conservada, sin lesiones derivadas de cirugías pélvicas o enfermedades como la diabetes; un equilibrio hormonal adecuado, en el que la testosterona pueda ejercer su acción de forma normal; y un estado psicológico saludable. Cualquier alteración en uno o varios de estos factores puede provocar disfunción eréctil.

«Algunas enfermedades como la diabetes, el alcoholismo crónico, la arteriosclerosis o diversas enfermedades neurológicas afectan directamente a los nervios, arterias o tejidos del pene, causando lo que se conoce como disfunción eréctil orgánica. Asimismo, la cirugía pélvica —especialmente la indicada en el tratamiento del cáncer de próstata— puede dañar los nervios y arterias peneanos», apunta este especialista. Además, en otras ocasiones la causa principal es de origen psicológico, lo que se denomina disfunción eréctil psicógena. «Factores como el estrés, la ansiedad, la depresión, la culpa o el miedo a fracasar durante la relación sexual pueden desempeñar un papel determinante», añade el Dr. Llanes.

El diagnóstico de la DE se realiza a partir de la historia clínica y los antecedentes del paciente, complementados con análisis y, en algunos casos, pruebas específicas como el test de tumescencia peneana nocturna, que permite diferenciar entre una causa orgánica y una psicógena.

Tratamientos de la disfunción eréctil
El tratamiento depende del origen del problema. «En la disfunción eréctil psicógena puede ser eficaz la psicoterapia realizada por un sexólogo experimentado. Cuando la causa es orgánica (vascular, neurológica, hormonal o mixta), suele ser necesario recurrir a fármacos por vía oral o inyectados directamente en el pene», explica este especialista.

En los casos en que estas alternativas no resultan efectivas, existe la opción de implantar una prótesis peneana. «Este procedimiento quirúrgico, sencillo y mínimamente invasivo, consiste en colocar cilindros hidráulicos en los cuerpos cavernosos, que el paciente puede activar y desactivar a voluntad. El 95% de los hombres que se someten a este tratamiento se declaran satisfechos con los resultados y lo recomendarían a otros pacientes», finaliza el Dr. Llanes.

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